Después de que me revolcó la ola, recuerdo sentir una parte de mi cuerpo totalmente desprendida, antes de tirarme sobre la arena y perder la conciencia durante tres meses. Cuando desperté, vi a mi mamá entusiasmada, pero ni mis pensamientos ni mis palabras lograban transmitirse.
Tenía 13 años cuando esto pasó; sin ninguna idea clara sobre la vida y, por eso, decidí navegar ante la situación utilizando a mis padres como impulso en cada una de mis rehabilitaciones, así encontré en el deporte la parte esencial de mi día.
En enero de 2020, competí mi primer triatlón en Manzanillo, el tiempo no era importante; lo único en lo que me enfoqué fue en terminar y reencontrarme con el mar, el escenario que cambió mi adolescencia, pero que ahora se apropia de mis logros.
El mar descubrió ante mí el poder que tiene el presente, mismo que utilizo como herramienta en los entrenamientos. Estudié la Licenciatura en Deporte porque es lo que lo apasiona. Consciente de mis posibilidades, la corriente de la frustración no me arrastra aunque a veces me siento limitado a la hora de comunicarme. En mis entrenamientos está el lugar donde puedo hablar con mi cuerpo y generar esa relación de respeto que me ha llevado a representar a México en competencias internacionales.
Tanto en la vida como en el mar, siempre las condiciones son variables; todo es parte de la circunstancia. Pero no podemos decir: "hoy no... porque el agua está fría" o "porque hay mucho viento". Al contrario, debemos ser conscientes de que existe una meta a la que nos enfrentamos, a la que buscamos llegar. Es una forma de honrar el esfuerzo que hacemos cotidianamente. Mis mayores retos no están en el agua, son aquellos que flotan entre la superficie académica y laboral, porque me llevan a situaciones que no solo involucran al cuerpo, el cual domino, me ponen a prueba en la forma de relacionarme con los demás y a veces me siento presionado, pero es sólo un reto más.
Desde hace seis años, trabajo como auxiliar de fisioterapia en IRONMED, estoy a cargo del área del gimnasio, donde aplico mis conocimientos como atleta élite, ayudo a los pacientes en sus procesos de rehabilitación y busco transmitir mi entusiasmo por lograr cosas nuevas por medio de la confianza, optimismo y el aprecio por la vida que me demuestra cómo se puede atravesar cualquier ola si aprendemos a disfrutar del ritmo de nuestro mar.